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Industria manufacturera ha caído 95% desde hace 20 años

Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela, indicó este lunes que el sector manufacturero venezolano ha caído 95% desde 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder.

«Lo que está operando en términos de capacidad de manufactura en Venezuela en este momento está cerca de 5%, si se compara con lo que había al final del segundo gobierno de Rafael Caldera», señaló Olalquiaga en una entrevista con Efe.

La semana pasada, luego de más de 3 años de silencio oficial, el Banco Central de Venezuela reveló que el producto interno bruto cayó 22,5% en el tercer trimestre de 2018, encadenando 19 trimestres de retroceso de la economía venezolana, aunque algunos sectores han sido más afectados.

Es el caso del sector industrial, que para el período julio-septiembre de 2018 sumaba 21 trimestres seguidos con caída del PIB manufacturero.

Olalquiaga dijo que la situación está lejos de revertirse por cuanto, en comparación con 2018,  «este ha sido un año sustancialmente más complejo para poder sostener operaciones comerciales».

En Venezuela, explicó el dirigente gremial, operaban alrededor de 12.700 empresas industriales, pero para diciembre del 2018 apenas trabajaban 2.500. «A estas alturas estoy seguro de que van quedando menos».

«La pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, la precariedad de la infraestructura como en electricidad y agua, la escasez de combustibles, los efectos de la migración, la caída de la competitividad por la sobrevaluación del bolívar son los principales elementos que agobian a los industriales», destacó.

Olalquiaga indicó que la contracción del poder adquisitivo de los venezolanos, afectados por la hiperinflación y la caída de los ingresos, ha incidido en los volúmenes de venta de las empresas y, por tanto, amenazan la sostenibilidad de estas.

«Las compañías que no venden, a su vez no pueden pagar nómina y se empiezan a encoger de una manera importante», señaló.

El sector industrial no escapa a los problemas de infraestructura que arrastra el país. Los cortes de electricidad que se agravaron desde marzo pasado, la falta de agua y las dificultades para acceder a Internet son algunos de los elementos que identifica.

Indicó que la recurrente escasez de papel moneda limita las posibilidades de que las personas paguen pasajes y puedan ir al trabajo, lo cual incide en el ausentismo laboral.

A esa situación se suman los efectos de la migración venezolana, que la ONU calcula en más de 3 millones de personas en los últimos años, que ha implicado «la pérdida de experiencia y pérdida de experticia», según Olalquiaga.

Los controles de precios también han complicado la situación, algunas empresas que han optado por dejar de elaborar ciertos productos, como es el caso de lubricantes, metalmecánico o autopartes, o simplemente cerrar.

Olalquiaga aseveró que las industrias han sido afectadas por la ausencia de financiamiento, como consecuencia de las limitaciones de la banca venezolana con el encaje legal, que es el porcentaje de los depósitos que deben congelar en el BCV. 

Fuente: El Nacional

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