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Con un salario mínimo se cubre 47% de gastos básicos

Los precios al consumidor han avanzado a tal velocidad que se han comido los ajustes al salario mínimo que ha decretado el Ejecutivo nacional en los últimos dos años.

Mientras la cesta de bienes y servicios básicos se ha incrementado en 61% desde junio de 2008, la remuneración mínima ha subido en 53,1% en el mismo período.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los costos elementales de una familia promedio ascendieron a 2.597,52 bolívares en el mes de junio, mientras que la remuneración básica mensual en el país era de 1.223,89 bolívares.

Esto significa que un salario mínimo apenas cubre 47,1% de los gastos de alimentación, vivienda, salud y educación. No obstante, un año atrás la remuneración básica financiaba 48,5% del costo de esa cesta, mientras que en junio de 2008 el nivel era de 49,7%.

El INE calcula que estos gastos equivalen al doble de lo que dedica una familia a la canasta alimentaria normativa, que para junio de este año se ubicó en 1.298,76 bolívares.

Con este nivel, el salario mínimo tampoco alcanzó para cubrir completamente los gastos básicos por alimentación al cierre de ese mes, sino 94%.

Dos años antes la remuneración básica alcanzaba para financiar casi el costo total de los alimentos básicos requeridos por una familia promedio. De 99,4% del salario mínimo dedicado a la canasta alimentaria en junio de 2008, un año después la capacidad de cubrir el gasto total de la cesta bajó hasta 97% hasta llegar al nivel registrado en junio de este año, todavía más desfavorable.

Los precios de los alimentos han sido precisamente los que más han subido en el último año. El INE calcula que la canasta alimentaria normativa se incrementó en 43,3% en los últimos 12 meses. En ese período el salario mínimo registró un aumento de 39%.

El crecimiento desigual no solo ha afectado a quienes ganan salarios mínimos, sino a toda la escala de remuneraciones.

En tal sentido, el Banco Central de Venezuela (BCV) reportó a finales de la semana pasada que el poder adquisitivo había caído entre los trabajadores que laboran en la economía formal, cuyos ingresos son medidos a través del Índice de Remuneraciones de los Asalariados y comparados con el avance de la inflación.

Al respecto, el ente emisor informó que al cierre del segundo trimestre se apreció una disminución del poder adquisitivo ´frente a los aumentos en los precios de los bienes y servicios de consumo familiar´.

La tasa que refleja la pérdida de la capacidad de compra -el denominado precio relativo del Índice de Remuneraciones respecto al índice inflacionario- se ubicó en 78,6%, su nivel más bajo desde que se mide ese indicador (primer semestre del año 2001).

Suhelis Tejero Puntes
EL UNIVERSAL

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