La economía venezolana se contraerá 37,4% este año, acumulando una caída de 65,5%, de acuerdo con las nuevas estimaciones de la firma Torino Economics, correspondientes al comportamiento de la economía venezolana, durante el período 2019/2020, dado a conocer por la firma.
Destacan los analistas que “El principal detonante de esta gran contracción, será la caída de los ingresos petroleros derivada de la reducción de la producción. Aunque algo de caída en la producción petrolera era esperada para este año, la imposición de sanciones petroleras por parte de Estados Unidos cerró el acceso del país a su principal mercado, que representó el destino de 35,6% de las exportaciones petroleras venezolanas en 2017”, detalla.
Recuerdan que la economía ya venía de contraerse 16,6% en 2018, según los datos revelados por la firma, luego de que la producción petrolera cayera 30,1% con respecto al año anterior. 2018 también fue el primer año completo de cesación de pagos con los tenedores de bonos lo que, en principio, habría permitido al gobierno desviar recursos a las importaciones.
No obstante, en la práctica, “el país continuó sirviendo la deuda con entidades chinas y rusas, así como con los tenedores de la deuda garantizada de PDVSA, y también ha empezado a cumplir con algunos pagos de reclamos que han surgido de procesos arbitrales”.
En este sentido, añade el informe, el país tuvo que continuar acumulando un superávit de cuenta corriente de USD 6,0 millardos en 2018, contra USD 7,0 millardos en 2017, limitando los ahorros en moneda extranjera.
Torino Economics advierte además sobre las dificultades de precisión en algunos indicadores, como la inflación. Los estimados disponibles pueden llegar a ser muy distintos entre sí, yendo desde los seis hasta los siete dígitos para 2018.
“Si utilizamos los estimados más altos de inflación, asociados con el trabajo de la Asamblea Nacional, encontramos que el gasto público ha colapsado de forma improbable a menos del 2% del PIB, pese a la fuerte presencia del Estado en todas las áreas de la economía venezolana; si, por el contrario, usamos los estimados más bajos, el resultado es un incremento en el gasto real del gobierno que tampoco parece creíble dado que la economía se encuentra claramente en la parte baja de la curva de Laffer y, por lo tanto, no tiene forma de financiar el creciente gasto”, indica.
“La realidad está, probablemente, en algún punto medio, registrando una caída significativa del gasto real del gobierno, pero no su desaparición, lo cual es típico bajo entornos hiperinflacionarios”, añade.
Persistirá la hiperinflación. No obstante, Torino Economics considera que los precios continuarán creciendo en 2019 con la profundización del colapso de las fuentes de ingresos y la monetización del déficit. Dicho esto, advierte, el país no parece estar cerca de la fase terminal de la hiperinflación, en la que la erosión del gasto real del gobierno es tan fuerte que se vuelve posible estabilizar simplemente realineando las expectativas.
La política, sin embargo, es una clave determinante. Si la presión nacional e internacional conllevan a la salida de Nicolás Maduro del poder, podemos esperar el fin inmediato de las sanciones, un significativo apoyo financiero externo y una fuerte y rápida mejoría del marco jurídico, lo que traería una pronta recuperación del crecimiento y una rápida estabilización macroeconómica.
Fuente: El Impulso / JBS