En medio de tensiones que aumentan cada día por la escasez de divisas y sus consecuencias sobre la economía, la posición de los empresarios se decanta por el levantamiento paulatino de las restricciones sobre la libre circulación de moneda extranjera, de común acuerdo con el Ejecutivo.
Esta afirmación se desprende de recientes declaraciones de Noel Álvarez, presidente de Fedecámaras, quien califica al control como algo anacrónico e ineficiente que no ha cumplido con los objetivos planteados.
El líder del organismo cúpula empresarial comentó además, en una entrevista ofrecida en su despacho, los pasos que esperan del Gobierno en materia de ajuste económico, las metas de su gestión y el apoyo a un modelo de socialismo progresista que no cambie la naturaleza del Estado.
¿Cuáles son las recomendaciones del empresariado para la reactivación de la economía?
Ante la caída de los ingresos petroleros y del ahorro, se impone al Gobierno la obligación de llamar al empresariado a invertir en Venezuela. Para eso hay una palabra mágica que es confianza. Nosotros tenemos que generar confianza y esta se manifiesta a través de una serie de políticas económicas y sociales claras que le permitan al empresariado desarrollar su actividad, que en esencia consiste en invertir y generar riqueza.
Lo normal es que un empresario invierta, pero en muchos casos comenzaron a darse inversiones a corto plazo. Se estaba halando la demanda a través de una gran cantidad de recursos petroleros y no estábamos desarrollando el aparato productivo, un error grandísimo de parte del Gobierno. Hemos debido aprovechar para diversificar la economía a través de la construcción, el turismo y muchos otros proyectos para no depender tanto del petróleo.
En estos momentos parece sustituirse unos proveedores por otros mientras se planifica desarrollar la producción interna a mediano y largo plazo, ¿cuál es su apreciación de ese proceso?
Yo no he visto que se hayan dado incentivos de ninguna naturaleza ni seguridad para que en el corto, mediano o largo plazo puede hacerse. No se han recuperado más de 13 mil industrias, se está atentando contra la propiedad privada en las haciendas de ganaderos y tierras agrícolas productivas. Estamos sustituyendo Colombia por Argentina y luego iremos por Brasil. El aparato productivo está colapsado. Lo poco que existe está trabajando a su mayor capacidad, pero falta la expansión. Estamos comprometidos con el país, pero tiene que haber compromiso de otros sectores también.
¿Qué peso específico tiene el difícil acceso a las divisas entre los obstáculos que enfrenta el sector productivo?
El control de cambios siempre ha sido un mecanismo nefasto en todos los países del mundo donde se ha implementado, y en Venezuela también es un mecanismo fracasado. A mi manera de ver, salvo algunas condiciones que tendrían que irse desmontando paulatinamente por falta de confianza en las políticas económicas, el Gobierno debe desmontarlo. Es más un instrumento de control político que un mecanismo económico para salvaguardar la economía.
¿Cuál sería la forma menos traumática de levantar el control de cambios?
Es muy difícil determinarlo. Lo primero que hay que hacer es generar confianza en las políticas económicas, porque si no la situación es bastante difícil. Desmontarlo de buenas a primeras con políticas que no son del todo creíbles produciría cosas que no quiero ni pensar. Hay que empezar por un entendimiento interno, que se genere confianza y los agentes económicos estén claros en que las políticas de ahi en adelante van a ser las correctas. Que se pueda invertir y en un momento determinado retirar la inversión también por medio del libre acceso al mercado. Con una política coercitiva no vamos a ningún lado. Tenemos que desmontarlo de manera concertada para que sea lo menos traumático posible para el país.
¿Cómo puede integrarse la actividad del sector privado en el marco de un concepto de socialismo progresista y un entorno de izquierda?
Yo creo que la tendencia de izquierda o derecha no prevalece sobre las posibilidades de entendimiento entre el Gobierno y el sector privado. El presidente de una cámara nuestra decía que todo el socialismo es malo. Sin embargo, el caso es que no es lo mismo un Estado socialista que un gobierno socialista. Cuando he venido señalando que podemos coexistir con un socialismo progresista , como el de Chile, España, Inglaterra o Noruega, es porque estoy pensando en un gobierno socialista, pero no en un Estado socialista porque significa que todos los ciudadanos debemos ser socialistas. Creo que podemos coexistir todos, bajo un gobierno de cualquier tendencia, siempre y cuando no trate de teñirnos a los ciudadanos del mismo color.
Tras esa premisa, ¿qué objetivos específicos se plantea al frente de Fedecámaras durante estos dos años?
Es un periodo que parece muy largo, pero es relativamente corto. Cuando uno se sienta aquí comienza a ver muchas situaciones qué resolver. Señalé que iba a desarrollar una serie de objetivos internos y externos. Entre los internos planteaba una reestructuración de Fedecámaras, y estamos trabajando en ese sentido, la adecuación del staff que nos sirve como apoyo, adecuándolo a los directivos que implementamos la política a seguir.
¿Cuáles son los objetivos externos que aspira alcanzar?
Identificar a los microempresarios no asociados al sector empresarial que no tienen ninguna organización. Llegar hasta donde están, tratar de captarlos a través de todas las redes dándoles soporte y apoyo de cualquier naturaleza. Hay muchas organizaciones nacionales e internacionales dispuestas a colaborar.
¿Aspira a lograr un cambio en la percepción sobre Fedecámaras?
Se piensa que es una organización de grandes empresarios y así lo ha hecho ver no sólo este gobierno. Fedecámaras es una organización de pequeños empresarios, con más de 90% entre la pequeña y mediana empresa. En Venezuela sólo hay 700 empresas grandes, y en total son un millón de empresas. Esto no es sólo en Venezuela sino en todo el mundo, las cadenas productivas, los microempresarios y las cooperativas en Italia, España y en todas partes se hacen a través de la cadena de agregación de valor de pequeñas empresas que son complementarias.
Aparte del tema estructural, ¿qué principios son fundamentales para el sector empresarial del país?
Son los mismos: el respeto a la propiedad privada, la libertad de empresa, la libre iniciativa, todos esos son principios comunes a todos los empresarios del mundo.
¿Cómo percibe el tema de la responsabilidad social empresarial en los actuales momentos?
Debemos cumplir en primer lugar con nuestros trabajadores, con todas sus condiciones contractuales. Revisar si su calidad de vida está siendo bien llevada y es cónsona con sus aspiraciones. No podemos salir a poner claridad en la calle y oscuridad en la casa, tenemos que solucionar puertas adentro los conflictos laborales.
Luego debemos extrapolar esto a la comunidad, sobre todo al entorno donde se desenvuelve la empresa, que le dé un valor agregado a la comunidad donde funciona la empresa. Qué se ayude a la comunidad, se arreglen las canchas, se pinten las calles, eso es parte de la integración, de la ciudadanía corporativa. Los problemas de la calle también son nuestro problema.
Freddy Campos
EL UNIVERSAL