Con la nueva normativa legal se acabará esa costumbre de algunas empresas que importan sus invenciones patentadas en el país con dólares preferenciales y posteriormente traen el producto a precios excesivos.
Las empresas transnacionales que quieran patentar sus invenciones en el país deberán producirlas en Venezuela y no importarlas, con dólares asignados por el Estado, para luego comercializarlas a precios excesivos.
Así lo explicó el ministro del Poder Popular para el Comercio, Eduardo Samán, quien añadió que actualmente las empresas extranjeras no realizan aportes al país, ni a través de transferencia tecnológica ni en la generación de empleos.
Sostuvo que esta conducta será modificada por la vía legal, una vez sea definida completamente, debatida con las comunidades y sectores vinculados, y aprobada, en primera y segunda discusión por la Asamblea Nacional, la reforma de la Ley de Propiedad Industrial.
En este sentido, refirió que la propuesta incluye la garantía de transferencia tecnológica y la producción en el país, para satisfacer las necesidades del pueblo venezolano en primer lugar.
Sobre la realidad actual, Samán ejemplificó que la transnacional Pfizer obtuvo, en 2004, 48 millones de dólares por parte de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), monto que pasó a 115 millones de dólares en 2008.
Sin embargo, dicha compañía de origen estadounidense cerró recientemente una de las dos plantas que tenía en el país, dejando sin empleo a cerca de 170 trabajadores venezolanos.
El titular de la cartera de Comercio señaló que las transnacionales presentes en el mercado criollo actúan en su mayoría a través de casas comercializadoras y no de plantas de producción, ya que desde hace más de 15 años, tras el ingreso de Venezuela a la Organización Mundial del Comercio (OMC), optaron por su retiro del país.
Destacó que la preocupación del Ejecutivo Nacional, con la reforma de la referida Ley -vigente desde 1955- es proteger los intereses de las empresas venezolanas, especialmente de los laboratorios farmacéuticos, los cuales tienen capacidad para atender la demanda interna, al tiempo que generan puestos de trabajo.
Por su parte, la directora general del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (Sapi), Arlen Piñate, explicó que las patentes constituyen hoy “el mecanismo ideado por los que desarrollaron la teoría de la acumulación para garantizar la privatización del conocimiento”.
Asimismo, señaló que evitar que las patentes se conviertan en una trampa que límite la soberanía tecnológica de los pueblos y frustrar la intención de las transnacionales de crear monopolios, sobre todo en el ramo de medicinas, es el objetivo de la reforma de la Ley de Propiedad Industrial.