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Índice de escasez ha aumentado más de siete veces en el gobierno de Chávez

Desde el momento en que el presidente Hugo Chávez anunció, el pasado mes de enero, que mediante la Habilitante aprobaría una ley para regular los precios y las ganancias de las empresas, varios sectores se opusieron en vista de las distorsiones que provocaría en la economía. Uno de los argumentos más reiterados ha sido que la regulación acentuará la escasez y la inflación.

Las medidas que anteceden la Ley de Costos y Precios Justos, publicada el martes en Gaceta Oficial, dan suficientes luces de lo que vendrá. El control de precios, vigente desde febrero de 2003, sigue sin alcanzar su principal objetivo: frenar la inflación. El índice de precios de los alimentos acumula desde ese mes hasta junio pasado 762%, según el Banco Central de Venezuela. El índice general en ese mismo período es de 458%, mientras que el salario se ha incrementado 641%, por debajo de lo que han subido los alimentos.

Los efectos del control de precios han sido más bien negativos: en el transcurso de estos últimos 8 años el consumidor ha vivido fuertes episodios de escasez y fallas intermitentes en el suministro de alimentos y otros productos. Las cifras del Banco Central de Venezuela lo reflejan. El índice de escasez cerró en junio en 12,1% -lo normal es por debajo de 5%- por el comportamiento de la rotación y reposición de la mercancía en los anaqueles.

Sin embargo, Datanálisis tiene otros números. El índice de desabastecimiento ponderado en lo que va de julio llega a 20,3%, de acuerdo con la firma encuestadora.

Las estadísticas del BCV muestran que en períodos cuando no había control de precios, las fallas de productos eran menores. Entre 1994 y 1999, la escasez medida por el instituto emisor promedió 4,34%, y entre 2005 y 2010 la ponderada se situó por encima de 12,76%. En diciembre de 1999, antes de que Chávez asumiera el poder, el índice estuvo en 1,6%, lo que significa que hasta junio se ha incrementado 7,5 veces.

Ausencia en los anaqueles. El director de Datanálisis, Luis Vicente León, advierte que con el nuevo Sistema Nacional de Costos y Precios se está retrocediendo. El Ejecutivo tendrá la potestad de regular más productos, incluso desde los márgenes de comercialización y las estructuras de costos, lo que podría afectar el abastecimiento.

´Si el Gobierno decide fijar estructuras de costos por debajo de lo que realmente cuesta producir un alimento o un bien de consumo, se verá comprometida la producción y la operatividad de las empresas´.

León pone como ejemplo el precio del petróleo: producir un barril de crudo puede costar 10 dólares, pero es posible venderlo en el mercado internacional por encima de 100 dólares.

´Al parecer, se puede aplicar la regla de la oferta y la demanda afuera y obtener ganancias con la venta del petróleo, pero a las empresas privadas se les restringe toda posibilidad y se les obliga a producir a pérdida´.

Un reporte de la firma sobre el abastecimiento en Venezuela refiere que la escasez afecta por igual a todos los estratos socioeconómicos de la población.

Al cierre de junio y hasta el 12 de julio, la medición del sector agroindustrial y del comercio al detal indica que ha aumentado la escasez. Por lo menos, 13 alimentos básicos registran constantemente episodios de desabastecimiento. El pollo no se consigue en 40% de los comercios estudiados, la leche en polvo en 38%, la carne en 31,7%, el aceite comestible en 42,3%, el azúcar en 25,4% y el queso blanco duro en 32,1%.

Igualmente se observan fallas intermitentes en mayonesa con 18,3%, margarina con 16,9%, salsa de tomate con 12,7%, arroz con 8,5%, café con 8%, pastas de trigo en 7% y harina precocida de maíz con 4%.

La empresa indica, en el estudio, que la escasez de cada rubro tiene relación con la frecuencia en que se revisan los precios. A mayor rezago en el control, más ausencia en los anaqueles. Las industrias registran problemas para producir porque los precios finales de los productores están fijados por debajo de los costos reales a los que les cuesta procesarlos.

En el informe también se señala que en marzo del año pasado, cuando el Gobierno decidió excluir la mayonesa y la salsa de tomate de la regulación, el índice de escasez se redujo para estos rubros. Igual sucede cada vez que el Ejecutivo autoriza un alza de precios o decide liberar algunos alimentos.

Altos costos para el bolsillo.

Otro factor que afecta al consumidor es el costo adicional que debe pagar por los productos regulados en el mercado informal, debido a la escasez en las redes formales. En el estudio, Datanálisis apunta que los consumidores pagaron 42% más en mayo por los alimentos que tienen precios regulados porque en los comercios informales cuestan el doble.

La medición de mercados y abastecimiento registró en marzo el mayor índice de diferencia entre los precios controlados y los montos que terminan pagando los consumidores, cuando llegó a 69%.

El litro de aceite vegetal está regulado en 6,54 bolívares, mientras que los buhoneros lo venden entre 12 y 18 bolívares. La leche en polvo fijada en 23,80 bolívares se comercializa en la calle en 30 bolívares.

El kilo de harina precocida de maíz controlado en 3,37 bolívares, supera los 6 bolívares en los puestos itinerantes de las calles de Caracas. El caso de la carne es similar, pero en carnicerías o abastos donde no llega la fiscalización del Gobierno, la regulada está en 22,74 bolívares, pero en estos comercios se cotiza entre 48 y 55 bolívares el kilo de cortes de primera.

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