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La industria tiene 50% de capacidad ociosa

El presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Conindustria, Eduardo Garmendia, pide al gobierno que cese el cerco alrededor de este sector que sigue reclamando un diálogo claro y abierto que les permita contribuir al desarrollo nacional, dentro de una visión de largo plazo.

Este sector manufacturero que empleaba hacia 1998 450.000 trabajadores directos, ha visto descender significativamente su plantel laboral. Su número de establecimientos ha descendido de 11.117 a 7.093, según cifras hasta 2013. No obstante, si bien la capacidad utilizada hasta el tercer trimestre del pasado año se ubicaba entre 48 y 49 por ciento en promedio, considera que pudieran repuntar y duplicar su capacidad de producción, si se crean las condiciones que les garanticen el acceso a las materias primas que producen las empresas del Estado, a las divisas seguras. Sin entrar a hablar del tipo de cambio, y a las fijaciones de precios conforme a los costos de producción.

Son casi 15 largos años en los cuales el organismo cúpula de la industria no participa de las reuniones que otrora se daban con los gobiernos de turno. En muchos casos, para analizar, debatir y tomar decisiones sobre cuestiones que siguen aún en la mesa de discusión.

Las empresas no se muestran cerradas a realizar inversiones, las cuales hacen permanentemente por cuanto esa es su naturaleza. Acerca de la instalación de nuevas fábricas, sostiene que las posibilidades siempre existen, aunque se queja de las 1.400 empresas que han sido intervenidas por diversas causas durante las gestiones de Chávez y ahora Maduro. Dice que este sector tiene 15 años de atraso en materia tecnológica.

No ha sido nada fácil la relación con el gobierno que está en el Poder desde febrero de 1999. Garmendia dice que seguirán buscando el diálogo mientras que el gobierno reitera que éste siempre ha existido. Reconoce que ante el discurso presidencial la industria tenía unas expectativas controladas. «Esperábamos anuncios que nos permitieran programar las actividades del sector manufacturero a lo largo del año 2015, por cuanto nuestra planificación debe hacerse con mucha antelación y las decisiones no deben ser drásticas».

Añade que lo único que tienen claro es la restricción en la entrega de divisas por la caída de los precios petroleros lo cual hará que su utilización deba sufrir una reasignación y reducción. En virtud de esto la industria desarrolla sus planes de producción. «Existen empresas con precios congelados y no conocemos aún la estructura de costos. Hasta ahora sabemos, por lo expresado por el presidente Maduro, que habrá una revisión en los precios, que nos permitirá ajustarlos. Así como la industria petrolera no puede trabajar a pérdida con la gasolina, nosotros en la industria manufacturera tampoco con nuestros productos«.

A juicio, el aumento salarial que anunció el presidente Maduro, sin entrar a mencionar si fue acertado o no, por supuesto que tendrá su efecto en los costos, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas. De allí que se muestre en desacuerdo con los referidos aumentos y se remite a la OIT que establece acuerdos tripartitos.

Más diálogo. Eduardo Garmendia aboga por un diálogo franco y abierto con el Gobierno, que tiene la obligación de convocar a los factores productivos y en especial a la industria. Juntos debemos enfrentar los problemas y si no se resuelven todos, algunos otros si.

El Gobierno ha venido privilegiando la importación de bienes terminados en detrimento de la producción nacional. «Ha llegado el momento de conversar por cuanto podemos suplir gran parte de esas importaciones y así solucionamos parte de los problemas de divisas y de acceso de los consumidores a las manufacturas».

Cuestiona Garmendia la forma como se llevan las conversaciones en la mesas. Cita, por ejemplo, que el gobierno cree que la producción de la harina de maíz precocida se soluciona trayendo 50.000 TM de maíz blanco en determinado momento. Eso es una parte. Si no hay papel, tintas o goma no se puede envasar el producto. También se requiere cartón para las cajas y cargarlas en un camión que si no tiene los repuestos a tiempo no puede rodar. Esto es una cadena y hay que analizarlo de manera sistémica.

Agrega que en términos generales el sector siempre está invirtiendo, comprando maquinarias y equipos. Aclara que no son grandes inversiones, pero la sumatoria de todas sí son importantes, sobre todo para la pequeña y median empresa. Y en el caso de las empresas grandes, la Nestlé y Polar están realizando fuertes inversiones, por citar dos ejemplos.

«La industria está dispuesta a invertir, siempre que tengamos la garantía de respeto por la propiedad privada. Si existe la necesidad de una expropiación, que sea a través de los mecanismos legales».

Garmendia aclaró lo que ocurre con el desabastecimiento de algunos rubros. Allí hay que ver la situación como una cadena. La industria sale de vacaciones colectivas a partir del 15 de diciembre de cada año y durante el tercer trimestre del 2014 se comenzó a levantar la producción para suplir con la cadena comercial hasta el 15 de febrero.

«Eso es histórico. ¿Qué ocurrió? Teníamos una baja importante de inventarios y de materia prima y aun así sacamos la producción».

«El tema es que gravita mucho que lo vayan a acusar a uno de acaparador y todo lo que ello conlleva. El comercio nos pidió sólo lo que normalmente se le suministra por la misma razón». Al respecto, Garmendia apunta que el Gobierno debería saber cómo trabaja la industria.

Fuente: El Universal / WMZ