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El movimiento sindical mueve sus piezas para lograr liderazgo

SUHELIS TEJERO PUNTES | EL UNIVERSAL
lunes 7 de febrero de 2011 12:00 AM

Tres fuerzas se mueven en el ámbito sindical actualmente, todas con el mismo objetivo: lograr legitimar un movimiento sindical que ha estado disperso desde hace ocho años.

Movimientos laborales oficialistas, opositores y los dirigentes desencantados de ambos bandos intentan cimentar unas estructuras que les permitan representar a un movimiento de trabajadores que ha carecido de un liderazgo claro desde la época del paro petrolero.

En octubre del año pasado un grupo de sindicalistas Pro-Gobierno anunció la creación de una central sindical independiente para aglutinar a los trabajadores, a fin de lograr que el ideal socialista llegue a ejecutarse en las empresas.

El Gobierno lo ha intentado a través de las patrullas socialistas, instancias de participación que hasta los momentos solo han funcionado para movilizar a los trabajadores de cara a las elecciones nacionales, pero no para impulsar el modelo productivo socialista. El propio Presidente Hugo Chávez ha llamado en sus últimas alocuciones a potenciar la acción de las patrullas.

De la central sindical oficialista, que estaría liderada por Wills Rangel (sector petrolero), Ángel Navas (sector eléctrico), Pedro López (sector educativo) José Mora ´Siguaraya´ (sector telecomunicaciones) y Francisco Torrealba (trabajadores del Metro) dejó de hablarse. Fuentes del oficialismo señalaron que la independencia de esa organización no será tal, pues la misma se creará dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

Los consultados, quienes prefirieron el anonimato, indicaron que suenan los mismos nombres para esa central que está llamada a ser el brazo sindical del partido de Gobierno, y que se añadirán los dirigentes Marcela Máspero, que hasta los momentos estaba excluida de los planes, y Stalin Pérez, quien ha sido la cara visible del sindicalismo oficialista en los últimos meses.

Las fuentes relataron que se trata de que la fallida Unión Nacional de Trabajadores (Unete) sea absorbida por el Psuv. Una de las debilidades que tuvo esa central fue, además de no lograr legitimar a sus autoridades, que no pudo crear una estructura para encadenar las grandes decisiones con la práctica en las empresas, mientras que el partido de Gobierno sí cuenta con ello.

Por otro lado, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) está a punto de realizar una reunión ampliada para definir la fecha de sus comicios internos, los cuales permitirán renovar el cuadro directivo que desde hace casi 10 años permanece igual. De acuerdo a lo expresado por el secretario general de esa organización, Manuel Cova, las elecciones deberán realizarse este año.

Justamente por esa falta de renovación en la central cetevista algunos de sus directivos se alejaron. Froilán Barrios y Alfredo Ramos son algunos de ellos y desde hace años intentan conformar una plataforma para crear un movimiento sindical alternativo.

Luego de más de tres años de conversaciones, Barrios y Ramos se unen a Orlando Chirino y Fran Quijada, tradicionalmente oficialistas, para crear el Frente Autónomo en Defensa del Empleo y el Salario. Sus dirigentes han dicho que no buscan crear una estructura paralela más, pues quieren participar en las elecciones de la CTV.

Mientras esto sucede en las cúpulas sindicales, más abajo se mueven otros procesos. El Gobierno, a través del Psuv, bajó la línea a los cuadros medios y bajos de la dirigencia laboral para potenciar las patrullas socialistas que ahora tienen un punto a su favor: los consejos de trabajadores, que son unas instancias con objetivos bastante parecidos a las patrullas, ya son legítimos.

A fines del año pasado, en medio de la avalancha de normativas que aprobó la pasada Asamblea Nacional, se promulgó la Ley del Poder Popular que considera a los consejos obreros como instancias de sociedad organizada para apuntalar el socialismo.

En el entretiempo, los enfrentamientos entre las organizaciones sindicales suben de tono. Solo en Valencia existen fuertes conflictos laborales en tres grandes empresas. Dirigentes aseguran que algunos obedecen a las diferencias entre sindicatos, pero Orlando Chirino considera que existe una guerra política entre las diferentes instancias de poder.

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