Saltar al contenido

Debilidad fiscal y baja integración ensombrecen el futuro de Latinoamérica

Tras dos años consecutivos de recesión, Latinoamérica se encuentra en una «débil» situación fiscal, que junto a su endémica falta de integración regional supone riesgos de cara al futuro, apuntaron este jueves, expertos de las instituciones financieras internacionales.

En la segunda y última jornada de la XX conferencia anual del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, celebrada en Washington, los jefes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para la región remarcaron que para que se retome el crecimiento económico es necesario aplicar reformas estructurales.

«La clase política latinoamericana se ha acostumbrado a gobernar en tiempos de abundancia» en la década pasada, explicó Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.

Algo especialmente complicado, dijo Werner, en un momento como el actual en «que todas las economías de la región están en una posición fiscal más débil de lo que debieran».

En julio, el Fondo pronosticó que Latinoamérica cerrará en recesión 2016, por segundo año consecutivo, con un crecimiento negativo del 0,4%, y presentará sus nuevos cálculos en la reunión anual del organismo en octubre.

Para el economista jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre, es importante reconocer que el «rango de maniobra es mucho más estrecho» en el ámbito fiscal, con Argentina y Brasil como las economías que encaran problemas más acuciantes.

En el panel también estuvo presente Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quien puso el foco en uno los problemas que arrastra desde hace décadas, la falta de integración regional en un momento en que el sector externo ya no aportará el impulso de antes por la ralentización de China y el descenso del precio de las materias primas.

«El comercio intrarregional era del 19% el pasado año y pasaremos ahora al 16%», recalcó Bárcena, quien apuntó a la necesidad de reforzar las cadenas de valor dentro de América Latina.

En la conferencia, que se abrió el miércoles con la intervención del vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, líderes políticos, económicos y académicos debatieron sobre los desafíos de América Latina.

Una de las novedades fue el interés en la apertura económica de Cuba tras la normalización de las relaciones entre La Habana y Washington escenificada con la histórica visita del presidente Barack Obama a Cuba en marzo, la primera en casi un siglo.

En este sentido, la subdirectora de la Universidad de La Habana, Vilma Hidalgo, subrayó los progresos llevados a cabo por la isla caribeña con «un clima hoy de mayor disciplina financiera y fiscal».

Aunque Hidalgo reconoció que «los desafíos de Cuba incluyen la estabilidad macroeconómica y la unificación monetaria», elemento este último considerado esencial para que los inversores vuelvan a poner la mirada en la economía cubana.

Precisamente, la pasada semana el presidente de la CAF, Enrique García, firmó con Banco Central de Cuba (BCC) en La Habana un convenio de cooperación que sienta las bases para el intercambio y una futura entrada de la isla como accionista de la institución financiera.

Los economistas afirman que Cuba necesita un multimillonario respaldo financiero para llevar a cabo inversiones en infraestructura y otros sectores, algo a lo que solo podrá acceder con la ayuda de instituciones internacionales de desarrollo, y de las que el régimen comunista no forma parte.

Otro foro se dedicó al recién alcanzado acuerdo de paz en Colombia, y contó con la presencia de la canciller colombiana, María Ángela Holguín; el ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, y el fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez.

«Cuando uno oye la crítica y las voces en contra, es gente que ha vivido relativamente la guerra, no la guerra en su profundidad. Hay que darle una oportunidad a la gente de que pueda vivir en un país en paz, a la gente en esas pequeñas poblaciones, la gente en el campo», afirmó Holguín.

Los funcionarios colombianos defendieron el sistema de justicia transicional que forma parte del acuerdo de paz, y Holguín subrayó que en otros países las negociaciones tras un conflicto se han cerrado habitualmente con «amnistía», sin más mecanismos.

El fiscal general, por su parte, aseguró que esta semana acordó con las autoridades estadounidenses una «alianza» para «construir grupos de trabajo que nos permitan hacer efectiva la extinción de dominio del patrimonio ilegal de las FARC» (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

«Las FARC no harán política en Colombia con los dineros ilícitos provenientes del narcotráfico, el secuestro, la extorsión y el chantaje», afirmó Martínez.

Fuente: El Mundo, Economía y Negocios / Con información de EFE