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Control estatal en alimentos no implica más producción

Al analizar el impacto que tiene para las autoridades el caso de los alimentos descompuestos que han venido siendo detectados en varias localidades del país, esta firma determina que alimentos es uno de los sectores clave de acción para la presente administración y donde la actividad estatal hasta ahora no ha dado signos claros de eficiencia o productividad.

´El rubro de alimentos, bebidas y tabaco representa poco menos de 50% del consumo final de bienes de los hogares venezolanos. A su vez, el componente Alimentos y Bebidas No Alcohólicas representa 32,2% del total del consumo de bienes y servicios en los hogares de acuerdo con la ponderación de este rubro en la estructura del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), siendo ésta la categoría con mayor ponderación dentro del índice´.

Añade el informe que entre los variados sectores económicos que han sido intervenidos durante la gestión del presidente Chávez, el sector agroalimentario resalta por lo vasto de las acciones tomadas. ´Lograr esa anhelada garantía de acceso a los alimentos ha implicado utilizar diversas herramientas, que han evolucionado desde la promoción de la producción agrícola hacia formas de control cada vez más directo por parte del Estado´.

ODH observa que desde la aprobación de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en 2001, pasando por la inauguración de Abastos Bicentenario en 2010 (antiguos Cada), todas las actividades que integran el sector (producción primaria hasta la comercialización) se han visto sujetas a cada vez más regulaciones a la actividad privada, mientras simultáneamente el Ejecutivo nacional obtiene una participación directa cada vez más grande.

Aun cuando el objetivo del Estado ha sido tener control sobre esta área estratégica, los resultados no han sido lo positivos que las autoridades han podido esperar.

´El descenso de la actividad privada no ha podido compensarse con el aumento de la presencia directa del sector público en las actividades económicas, y esto ha conducido a una alta dependencia de las importaciones, que coloca al país en una situación cada vez más vulnerable´, dice el informe.

Las cifras tampoco son alentadoras. Según reporta el Banco Central de Venezuela, la industria de alimentos como componente del Producto Interno Bruto tuvo una caída de 4,5% en el primer trimestre de 2010. Además, el indicador de volumen de la producción manufacturera privada en alimentos, bebidas y tabaco muestra valores negativos desde 2009.

Los productores destacan que este descenso puede atribuirse a factores como las dificultades de acceso a divisas para importar los insumos necesarios, el control de precios que reduce o elimina la rentabilidad en ciertos rubros, la inseguridad sobre la propiedad de los medios de producción que desincentiva la inversión, y otros riesgos y complicaciones asociados al marco legislativo en el que deben desarrollarse todas las actividades relacionadas con la producción agroindustrial.

En todo caso, destaca el informe que la producción nacional tanto pública como privada no es suficiente para satisfacer las necesidades de consumo de los venezolanos, por lo que se recurre a importaciones.

Para 2009, Fedeagro estimaba que cerca de 70% de los productos agrícolas consumidos en el país eran importados. CRG

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