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¿Cómo ajustar salarios en Venezuela?

La captación y retención de capital humano han cobrado relevancia en el empresariado venezolano durante los últimos tres años. La caída del poder de compra de los salarios y remuneraciones, causada por una inflación acumulada de 3.646,1% entre enero de 2014 y diciembre de 2016 frente a un aumento de remuneraciones de 3.084,7%, constituye uno de los principales incentivos de los trabajadores calificados para emigrar.

Adicionalmente, la alternativa de trabajar de manera independiente se ha visto incentivada por la facilidad inherente para indexar los ingresos dentro de la economía interna. Esto ha reducido la oferta de mano de obra calificada de manera sensible.

Los salarios y remuneraciones reales de los trabajadores han caído frente a su salario de reserva, entendido este como el salario que esperarían percibir en caso de ser independientes o emigrar. Por ello, la determinación de mecanismos de indexación salarial eficaces se perfila como una preocupación legítima.

Dada la ausencia de datos oficiales actualizados sobre inflación y la multiplicidad de indicadores del tipo de cambio, determinar el indicador base de la indexación no resulta una labor sencilla.

Dificultades adicionales surgen de la descoordinación presente entre las series históricas de inflación bajo metodología del BCV y la serie de tipo de cambio de mercado negro. En efecto, la dinámica de ajuste salarial diferirá en niveles y velocidades dependiendo del indicador utilizado.

Siendo el objetivo del ajuste salarial la retención de capital humano, debe prestarse especial atención a la canasta de consumo típica de los trabajadores. La proporción del componente importado sobre la canasta de consumo genera perfiles radicalmente diferentes de pérdida de poder de compra.

Hoy por hoy, existen cuatro indicadores potenciales para indexar salarios: 1) Inflación subyacente, 2) Inflación calculada bajo metodología del BCV, 3) Tipo de cambio del consumidor, 4) Tipo de cambio de mercado paralelo. Cada uno de estos indicadores presentará ventajas y desventajas dependiendo del estrato socioeconómico y características demográficas de los trabajadores a retener.

Por ejemplo, resulta razonable asumir que aquellos trabajadores pertenecientes a estratos socioeconómicos de altos ingresos consumen una canasta de bienes con una menor proporción de bienes y servicios subsidiados. Dicha canasta puede aproximarse a aquella utilizada por Ecoanalítica para calcular la inflación subyacente. Por otra parte, si utilizamos el índice nacional de precios al consumidor (INPC) calculado según la metodología del BCV para deflactar las remuneraciones, se obtendrá una tendencia mucho más suave de pérdida de poder de compra a lo largo del tiempo.

Tomando en cuenta lo anterior, consideramos que la indexación por INPC según la metodología del BCV se acerca más al perfil de ajuste salarial requerido para retener trabajadores de nivel socioeconómico medio y medio-bajo. A medida que un trabajador consuma mayor proporción de bienes subsidiados, más adecuado será utilizar dicho deflactor para realizar ajustes salariales.

La tercera alternativa de indexación que merece ser considerada es el ajuste del IRE de acuerdo con las variaciones del tipo de cambio ponderado del consumidor.

Este indicador, al ser construido a partir del peso de cada categoría de rubros importados y su tipo de cambio promedio, captura de manera más acertada el peso del subsidio cambiario percibido por los hogares y lo aísla de otros subsidios que habitualmente reciben los estratos socioeconómicos bajos.

Por ello, muestra una caída del poder de compra intermedia con respecto a los deflactores que se fundamentan en el INPC-Metodología BCV y la inflación subyacente y evidencia una dinámica de pérdida de poder de compra similar al deflactor por inflación subyacente, lo que implica que es necesario una política de ajuste salarial frecuente. Por tales razones, si se ha de escoger entre indexación de salarios por inflación subyacente y por tipo de cambio promedio del consumidor, recomendamos utilizar este último.

Por último, debemos considerar la alternativa de indexar salarios a partir del tipo de cambio paralelo. De acuerdo con este deflactor, los salarios habrían experimentado una reducción real mucho más inestable en el tiempo, al compararse con otros deflactores.

La multiplicidad de indicadores del tipo de cambio, aunada a las distorsiones de precios reales y subsidios presentes en la economía venezolana, impide establecer un factor único de indexación salarial. Considerar la heterogeneidad entre las canastas de consumo de los diferentes perfiles de trabajadores es esencial para establecer ajustes de salarios.

Es pertinente estudiar el tipo de trabajadores que resulta prioritario retener antes de establecer un factor de indexación. La elección de elegir uno u otro factor tendrá efectos notables sobre los niveles y dinámicas de ajuste salarial.

Fuente: El Estímulo/ Asdrúbal Oliveros