El envío de remesas a otros países se encuentra paralizado desde que se inició el año, y el registro dentro de la página de la Comisión de Administración de Divisas no puede realizarse desde hace más de dos semanas por fallas en el portal.
Desde principios de año no se ha entregado ni un solo dólar a los importadores y aún se discute dentro del Ministerio de Economía y Finanzas y Planificación y en el Banco Central de Venezuela, si debe éste último asumir el rol de Cadivi para que la tramitación sea mucho más rápida y efectiva, pues la comisión no cuenta con la infraestructura aún para manejar un tipo de cambio dual (2,60 bolívares por dólar y 4,30 bolívares por dólar).
Cadivi dio como aprobadas un grupo de remesas en enero pero la entrega no se ha hecho efectiva aún. Sin embargo, a los usuarios se les ha explicado que no necesitan hacer una nueva solicitud, sino esperar que el dinero sea liberado por el BCV. Desde la última semana de enero y hasta la fecha no ha sido posible aprobar ni una sola remesa.
Mientras tanto aquellas personas que necesitan enviar dinero a sus familiares en otros países se ven en la necesidad de utilizar a gestores para que les ayuden a organizar los requisitos exigidos por la comisión. El servicio incluye desde la apertura de en e-mail para el registro en Cadivi hasta el llenado de planillas y solicitudes. Asimismo, se arman las carpetas completas y se sacan las copias a los documentos requeridos. Todo el servicio tiene un costo de 60 bolívares fuertes.
Los familiares esperan en las casas de cambio desde temprano para confirmar si los recursos han sido enviados, pero aún tal dinero no ha llegado a estos lugares.
En el último año enviar dinero a los familiares se ha tornado más difícil luego de la entrada en vigencia de la resolución 093 de Cadivi en junio de 2009, lo que representó un verdadero problema para las casas de cambio y para los familiares de quienes envían remesas desde Venezuela que, debido el cambio de la normativa, no pudieron recibir la mesada mensual. La nueva normativa no sólo disminuyó la cantidad de dólares autorizados para transferir al exterior de 1.900 a 800 al mes, sino que exige la constancia de residencia del familiar receptor y un documento que compruebe el vínculo familiar con el remitente. Además, estos dos documentos deben estar apostillados en el país receptor de las remesas.